La obra se titula “La denominación en la caracterización de personajes. Estudio antroponímico en los narradores Alfredo Bryce Echenique, Manuel Scorza y Julio Ramón Ribeyro”.
Por María José Salazar. 28 marzo, 2018.Una nueva publicación de la docente de la Facultad de Humanidades, que como señaló el doctor Marco Martos, presidente de la Academia Peruana de la Lengua, “es una mujer abanderada de otras que van abriéndose paso en un mundo gobernado por varones, como es el académico”, fue presentada en la Casa Museo Ricardo Palma.
La doctora Eliana Gonzales, durante la presentación de su libro “La denominación en la caracterización de personajes. Estudio antroponímico en los narradores Alfredo Bryce Echenique, Manuel Scorza y Julio Ramón Ribeyro”, estuvo acompañada por otros dos reconocidos humanistas: el magíster Richard Cacchione, presidente del Instituto Bibliográfico del Perú, y el embajador Juan Álvarez Vita, presidente de la Fundación Ricardo Palma.
Además de elogiar su trayectoria académica, el doctor Martos señaló: “Eliana tiene gracia literaria. En un trabajo así, tan ordenado, taxonómico, en este caso antroponímico, permite que pueda leerse con mucho provecho sin ser una novela o un libro de cuentos”.
La docente explicó que el libro empezó a gestarse en el 2002, como una investigación previa necesaria para seguir los estudios de doctorado. La tesina fue el resultado de analizar dos obras del escritor Manuel Scorza. El libro, en cambio, abarca sus seis novelas, la narrativa de Julio Ramón Ribeyro (3 novelas y 93 cuentos) y la obra de Alfredo Bryce Echenique (12 novelas y 52 cuentos).
En el tercer capítulo, incluyó nombres curiosos y bastante expresivos –algunos de personas a las cuales conoció– como Alma Gozo de Alegría, Daría Frutos, Ira Dediós, Perfecto Ladrón Honrado, Zoila Esperanza Dediós. Asimismo, los apellidos Vives de Regalado, Cabeza de Vaca, Lamata Feliz, Nabo Guisado, Trabajo Cumplido, Valiente Guerrero, Verde Valle, Gozo de Alegría, etc.
La denominación como arte
“La denominación, el acto de colocar un nombre, resulta ser bastante complejo desde el punto de vista psicológico y cultural; intento demostrarlo a lo largo de todo el libro. Aprender a manejar nombres no es un quehacer lingüístico o gramatical, sino un acontecer sociocultural que tiene sus raíces en la naturaleza misma del hombre”, comentó Gonzales.
Luego, afirmó que, en la literatura, el escritor puede elegir los nombres valiéndose de procedimientos de creación propios para alcanzar determinados fines narrativos, lingüísticos o sociales: “El autor impone los nombres de sus personajes pensando en describir, por medio de ellos, su carácter o por lo menos sus rasgos más destacados tales como su edad, su origen, su físico, su desempeño laboral e incluso ofrecen algunas pistas sobre la propia historia, la temática, el sentido y la intención del propio creador”.
Acerca de los nombres como sistemas simbólicos, la doctora, que es desde hace unos meses miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua, dijo que, en algunos casos de creación artística, un nombre vive con una connotación que solo se da en el lenguaje mítico.
“Podemos afirmar que son nombres propios que se vuelven comunes en cuanto impliquen perfectamente una clase de persona o un tipo de carácter; es el caso de celestina, donjuán, entre otros”, puntualizó.